
sobre mí
Ufff, se me hace muy raro escribir sobre mí misma. Llevo cerca de una hora contemplando un documento en blanco y no tengo ni pajolera idea de por dónde empezar. Claro que si tú y yo estuviéramos tomando un café ahora mismo, ya te advierto que me tendrías que cerrar la boca con una cremallera. Pero la vida ha querido que nos conozcamos así, a través de una fría pantalla. También podría imaginarme que somos viejas amigas de la facultad que se encuentran en un Starbucks después de llevar siglos sin contactar. Podría… y voy a hacerlo.
Tras un par de besos y un abrazo de osas, decidimos compartir desayuno y ponernos al día. “¿Qué ha sido de ti desde que te perdí la pista?”, me preguntas toda sonriente. Trago el pedazo de muffin que tengo en la boca y empiezo a disparar palabras sin parar. Sí, amiga, no he cambiado nada: soy la misma charlatana de siempre, que te tenía atrapada al teléfono por dos horas.
Siempre he sido un poco mitómana, así que ya te puedes imaginar, en las sesiones fotográficas me costaba un horror amordazar a la fan loca que llevaba dentro para dar la imagen de una periodista seria y profesional.
Resignada, miras el reloj de soslayo y te repanchingas en tu sillón de terciopelo color cereza.
Cuando finalicé la carrera de Psicología, encontré trabajo como redactora de salud y sexualidad en una revista de música para adolescentes. Fue todo una regalo porque podía combinar dos facetas que amaba: mi profesión y la escritura. Durante esos años, también tuve la oportunidad de entrevistar a cantantes, bandas de música y cubrir conciertos. Siempre he sido un poco mitómana, así que ya te puedes imaginar, en las sesiones fotográficas me costaba un horror amordazar a la fan loca que llevaba dentro para dar la imagen de una periodista seria y profesional.
Por suerte, maduré. O fingí hacerlo. Empecé a trabajar como redactora en otro mundillo que me apasionaba: la moda y la belleza. Y no te lo vas a creer: durante unos años no me quedó más remedio que aparcar mis Converse para calzarme unos tacones de doce centímetros. Como supondrás, los primeros pasos fueron desastrosos pero caminar por la vida sin tropezar ni una sola vez es imposible, amiga. Y quizá gracias a todos esos tropiezos me decidí a escribir mi primera novela, ‘Miss Zapatos de Lujo‘. Pero esta es una larga historia que ya te contaré otro día… Por cierto, perdóneme por no haberte dicho todavía que ¡estoy encantadísima de que vuelvas a formar parte de mi vida! Y ahora cuéntame tú, ¿en qué líos te has metido todos estos años?
Por: Ana Cantarero (AnitaC para las amigas)
Foto: FVM