¿Quién inventó los stilettos? ¿Cuál es su origen? ¿Por qué son objeto de deseo de muchas mujeres y toda una provocación para algunos hombres? Y sobre todo, ¿por qué a mi marido le gira la cabeza en plan niña del Exorcista cada vez que rompo un par y al día siguiente me compro el mismo modelo? Veamos… que sí, que yo soy muy de zapatillas pero los tacones de aguja son muy socorridos, cariñín, y me ahorran quebraderos de cabeza (si no me la rompo antes con ellos, of course).

Yo tengo el poder.
Definiendo conceptos
En el caso de que no seas adicta a la moda o tengas cosas más importantes que hacer en tu vida que memorizarte los dos millones de términos fashionistas que invaden las revistas, quédate con este sencillo concepto:
stilettos = zapatos de tacón de aguja de siete centímetros y medio.
Por suerte, el mercado nos ofrece mucha diversidad de modelos y medidas de tacón que pueden variar desde unos manejables cinco centímetros hasta los imposible trece, número gafé donde los haya y, especialmente, cuando hablamos de zapatos (noche arruinada).

La penúltima y nos vamos a casa…
¿Por qué se llaman stilettos? (En lugar de vil asesinos, por ejemplo)
El origen del término stiletto poco tiene que ver con la moda y el calzado. Su procedencia es latina y su significado era “aguja o punzón”. En el Renacimiento también se denominaba stilettos a las dagas afiladas que utilizaban los asesinos para cometer sus crímenes. Y se dice que debido a ese parecido gráfico entre dicho modelo de zapato y el estilete letal, estos zapatos se asociaron con el fenómeno femme fatale tras la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, los zapatos de tacón de aguja fueron mucho más anteriores a las historias de Mata Haris y espías. Ya en siglo XVIII fueron datados algunos modelos, aunque tuvieron que pasar más de doscientos años para que el diseñador francés, Roger Vivier los reinventara con materiales más asequibles y bajo el término por el que hoy todas conocemos: stilettos.

Roger Vivier. El creador de los stilettos
Estamos de acuerdo en que no es nada fácil caminar sobre un cono de medio centímetro de base por diez de altura; y, mucho menos, por el centro de la ciudad atravesando obras, el troquelado antideslizamiento del pavimento, las rejillas de ventilación del metro o el dichoso agujero de la tapa de los alcantarillados (una trampa mortal ideada por alguna mente perversa, ñeee) .

Glamconsejo: yo también los utilizo como medida para el arroz 😉
«Nimiedades», me respondería el genio de Vivier que nunca tuvo que correr a la parada del autobús subido en uno de sus modelos porque llegaba tarde a la oficina. La intención del gran diseñador siempre fue afilar el tacón todo lo posible para que la mujer pudiera lucir una figura más estilizada, de piernas esbeltas y cuyo caminar le exigiera un paso corto y, por ende, un vaivén sinuoso de sus caderas. Obviamente, este caballero antepuso la estética por encima de la comodidad de las mujeres. Y obviamente, buscaba que cualquier fémina subida en sus tacones pudiera captar la atención de todos los hombres a su alrededor.

Y si te atreves también puedes hacer yoga-lettos (invitado quedas a una sesión, Jared Letto)
Mujer en stilettos, ¿mujer poderosa?
Además de la connotación erótica que suponen estos zapatos para los caballeros (sobre todo, fetichistas y masoquistas), a los stilettos también se les ha otorgado el don de “empoderar” a la mujer.
Personalmente no creo que el poder, la feminidad o sensualidad de una mujer dependa de los zapatos que utilice y, mucho menos, de los centímetros que midan sus tacones. Creerse o no poderosa es más una cuestión de actitud que de moda. Es un sentimiento. Es lograr sentirse cómoda y segura en la piel de una misma.

Van a juego con mi coche. ¿Qué pasa?
Aclarado esto, me confieso fiel amante de los stilettos pero por otros motivos más terrenales:
- Son un complemento básico y atemporal: puedes lucirlos en una fiesta, en una reunión o entrevista de trabajo, de terracitas con amigas, en verano o invierno, el año que viene o dentro de una década; y con la seguridad de que no han pasado de moda.
- Da igual que lleves un vaquero roto, una camiseta básica y un moño medio deshecho. Te calzas unos stilettos, te pintas los labios de rojo y nadie pensará que un minuto antes te encontrabas despatarrada en el sofá pegándote con los apuntes de Filosofía.
- Vestida de la cabeza a los pies o simplemente como dios te trajo al mundo: los stilettos siempre te darán un toque sexy.
- Y cuando no tengo ni idea de cómo combinar un vestido de estampado complicado (ese quebradero del que os hablaba al principio del post), me calzo unos stilettos negros y lista para trotar. O tropezar…
- ¡Ah! Y son económicos. Puedes adquirir un par muy baratos gracias a Inditex o de piel 100% en Molé Molé , una firma española con una excepcional calidad-precio. Te la recomiendo.
En fin, que los stilettos pueden ser un «salvaocasiones» que escondes en tu fondo de armario. Eso sí, no lo olvides: los zapatos no nos hacen más bellas a las mujeres. Somos nosotras las que realzamos la belleza real de un sencillo par de zapatos.

¡Quién me mandó mudarme a un cuarto sin ascensor!
Fotos: Molé Molé, Louboutin, Jimmy Choo, Pixabay